Imagina

Imagina

Roberto Massa

Imagina que esta mañana al levantarte y consultar tus redes sociales; tu cuenta de Instagram, tu Facebook, tus videos de tik tok, no te permiten entrar. Rectificas tu password para ver qué sucede y … nada… intentas con una cuenta alterna y descubres que tú ya no eres tú, ves que mientras dormías se enviaron cientos de fotos en tu nombre y nada de lo que muestran es tuyo. Tus amigos te han mandado mensajes, pero ya solo puedes verlos en tu teléfono sin que puedas cambiar lo que sucede y se han enojado contigo porque los has insultado, les enviaste fotos y comentarios que nunca habías hecho y ahora eres el incómodo del grupo.

Tú sabes que no fuiste tú y que alguien está escribiendo en tu nombre, pero no puedes hacer nada. La gente de soporte no te ha respondido y ya has empezado a recibir llamadas de todos los amigos y algunos han bloqueado tu cuenta.

Imagina, que ya no eres tú, imagina que tus amigos ya no están ahí para ti, imagina que perdiste tus likes, imagina que nadie quiere hablar contigo, imagina que te busca la policía, imagina que te flagearon en tus redes y no podrás regresar a publicar nada en mucho tiempo, imagina que tus papás no saben cómo ayudar…

Ese momento de terror pasa muy seguido, le pasa a muchas personas y causa graves daños, no solo al dueño original de la cuenta, sino también a todos sus contactos, a sus padres, a su escuela y a todos sus grupos.

Por eso, es muy importante cuidar la información personal. Tu información personal es todo aquello que te hace una persona única; tu nombre, tu fotografía, tu huella digital… pero también tu cuenta de Instagram y tus redes sociales, tu firma, tu contraseña y hasta tu avatar.

Lo mejor es compartir información solo con los amigos. Si no conoces a quien te pide datos, no se los des. Tu contraseña, es solo tuya, no la compartas con nadie, esa pieza de información es solo tuya, no se la des ni a tu mejor amigo. Es una cuestión de confianza respetar que ese sí es un secreto personal.

Igual, sucede con otros datos, como tu ubicación real, los avatares que usas y tu lista de amigos. Lo ideal es que compartas solo aquello que es totalmente público, que no te duele compartir, que no te preocupa que lo conozcan, que no afecta a otros y que solo es divertido, interesante, popular o hasta tonto, pero que no muestra quién eres tú.

Imagina mejor que tu eres es único dueño de la información que te identifica y que eso, eso mismo te hace súper poderoso.

Tienes que ser cuidadoso de tus redes sociales para que siempre sean tuyas. Cambia tu contraseña cada mes, y no le pongas el nombre de tu perro o tu nombre escrito al revés o el clásico 1, 2, 3, 4 Usa tu creatividad para crear contraseñas fuertes, como tú. Que nadie pueda descifrar, ni siquiera el más listo del grupo (que por casualidad eres tú mismo).

Sólo comunícate con tus amigos. Los contactos nuevos solo podrán ver lo que tú quieres que vean y que es lo que puedes hacer frente a otros y frente a tus papás y amigos. Lo demás, tu información personal, esa que te hacer único, es solo tuya. Nunca la compartas.

Finalmente, solo visita y sigue a quienes tienen algo importante para ti y aún con ellos, no compartas tus datos personales.

Imagina, que solo tú, eres tú.

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